Tal debía ser el grado de desesperación del hombre, que entró en la farmacia pistola en mano con el firme, muy firme, propósito de conseguir dos cajas de viagra. Y no se piensen que esto sucedió en un pueblo perdido que no figura en los mapas, no; los hechos tuvieron lugar en pleno centro de Madrid.
Sin embargo, las dependientas le dijeron que no les quedaban existencias, y el atracador acabó huyendo con el rabo entre las piernas cuando entró en el establecimiento otro cliente.
No acabó ahí la historia, porque más sorprendente aún fue el regreso del delincuente a la farmacia una hora después, con dos ramos de flores, uno para cada dependienta. Les dijo que todo era una broma, para una revista, Interviú.
Finalmente la Policía se acabó haciendo cargo del "bromista", que no pertenecía a ninguna publicación, sino que trabajaba en la Administración.
Parece ser que a este hombre va a tener tiempo de pensar en su gran... metedura de pata por no acudir a por el producto con una receta como todo hijo de vecino necesitado...
Sin embargo, las dependientas le dijeron que no les quedaban existencias, y el atracador acabó huyendo con el rabo entre las piernas cuando entró en el establecimiento otro cliente.
No acabó ahí la historia, porque más sorprendente aún fue el regreso del delincuente a la farmacia una hora después, con dos ramos de flores, uno para cada dependienta. Les dijo que todo era una broma, para una revista, Interviú.
Finalmente la Policía se acabó haciendo cargo del "bromista", que no pertenecía a ninguna publicación, sino que trabajaba en la Administración.
Parece ser que a este hombre va a tener tiempo de pensar en su gran... metedura de pata por no acudir a por el producto con una receta como todo hijo de vecino necesitado...
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